jueves, 20 de febrero de 2014

El Vaticano está en crisis. Incluso lo ha estado desde el día uno de su creación por parte del fascista Benito Mussolini, pero hoy está bajo lupa, los organismos internacionales le están obligando a comportarse como un Estado,  que si recibe los beneficios propios de él también debe someterse a las revisiones de los comités internacionales. Y me parece algo lógico. Los destapes de los movimientos turbios del Banco Vaticano y la tibieza con que ha actuado respecto a los casos de pederastia de los que se tienen conocimiento han provocado el rechazo internacional, al punto de querer vetarlo de las comisiones  de las que forma parte en la ONU . 


No podemos, me incluyo como católico Romano, volver a aferrarnos al discurso de "ataques sistemáticos", "anticlericalismo", "masonería", "provocaciones de satanás", al menos no a seguir defendiendo ciegamente lo que ya no se pude defender -y que nunca debió defenderse- , podríamos empezar por recordar que si la Iglesia terrenal está formada de hombres, y por definición el hombre tiende el pecado, tenemos una iglesia que ¡se puede equivocar! y no excluyo a nadie: jerarquía y laicos, ¿por qué nos resistimos a decirlo?

Empezaré.
Un delito es un delito, bajo cualquier jurisdicción y bajo cualquier personalidad jurídico-eclesial, ¡no hay más!, abusar de un menor de edad es un delito atroz que no se corrige con rezos y penitencias abstractas, se tienen que aterrizar los conceptos al tiempo y espacio, no podemos creer que una fuerza divina descenderá para corregir a un hombre/mujer que está enfermo mentalmente y que está dañando a quién debería proteger, o que la solución es enviarlo a África o a los lugares remotos de misión donde la prensa difícilmente llega; y sin embargo la jerarquía católica ha adoptado tales remedios. Es inaceptable.

Cárcel o pena de muerte, dependiendo de la cantidad y gravedad de los casos, ¿estoy pidiendo la muerte de un sacerdote?, ¡estoy exigiendo justicia!
Basta de proteger a esos criminales que se han vestido de sotana y que se escudan en ella para ser inmunes legalmente. (entiéndase, no diré jamás  que todos los sacerdotes lo son, eso es absurda estupidez) Existe la obligación moral y ética de entregarlos a las autoridades locales para que sean procesados como cualquier ciudadano sin fuero,  yo creo que no es facultad de la Iglesia juzgar este tipo de casos aisladamente. Por supuesto que la reducción al estado laical, excomunión, prohibición de ejercer su ministerio públicamente, son medidas obvias y necesarias, pero no basta. No es suficiente cambiarlo de diócesis o tenerlo en un seminario/convento/monasterio lejos de los menores, tiene que afrontar las consecuencias de sus hechos como hombre que es.

Y me atrevo a hacer un comentario más. ¿Se pueden evitar estos líos?,  creo es sumamente complicado, son afectaciones a la naturaleza que a veces están enmascaradas, sin embargo, en los centros de formación sacerdotal y religiosa se pueden detectar actitudes que son potenciales desordenes mentales, incluso el reglamento que rige a los seminarios lo dice puntualmente: "no permitir el acceso a los ministerios sagrados a los candidatos que muestren un acentuado desorden afectivo, es deseable que se le retire de la casa de formación en cuanto se detecten éstos". Cierto también habla de acompañamiento espiritual, pero bueno, salvo esas excepciones lo demás no se puede corregir de esta manera. Preferir tener pocos verdaderos sacerdotes a muchos con poca vocación. El cardenal mexicano Norberto Carrera y el beato Juan Pablo II han quedado exhibidos por el caso Marcial Maciel, reflejo de lo que digo.

La Iglesia Católica continuamente está en crisis, tiene la oportunidad de renacer una vez más. Ya Francisco de Asís por allá en el siglo XIII hizo su trabajo desdeñando los vicios de la jerarquía eclesiástica provocando un movimiento que alcanzó a reformarla desde dentro, espero que su homónimo el Papa Francisco ponga mano dura contra la tibieza del castigo de  delitos que se cometen o que podrían cometerse dentro del seno católico. Es quizá la última oportunidad.

Si el catolicismo quiere mantener su autoridad moral y su voz respecto a los grandes temas universales es preciso y necesario actúe con la coherencia que dicta su doctrina y con la que espera que los gobiernos del mundo se pronuncien frente a problemáticas comunes.  ¡Es el momento!

 Los leo!



Tags: pederastia en la iglesia católica, es cierto la pederastia, como deben juzgarse a los curas sacerdotes padres pederastas delincuentes, atacar a la iglesia, como defender a la iglesia católica de los ataques, opinión frente a la pederastia.

0 comentarios :

Publicar un comentario